El cristo que no cayó – Historia del Señor de los Milagros.

En 1651, un hombre esclavizado, originario de Angola, pintó en silencio una imagen de Cristo crucificado en una pared de adobe en el barrio de Pachacamilla

Lo hizo sin firma, para sí y los suyos, porque en las iglesias decían que Jesús era blanco y su sufrimiento también.

Aquel Cristo, flaco y doliente, resistió el terremoto de 1655, que derrumbó media Lima. Su muro fue el único en pie. El pueblo lo llamó milagro. Desde entonces lo veneran en procesión, vestido de púrpura, como lo cargaban los esclavizados. Hoy es el Señor de los Milagros,  para muchos sigue siendo el Cristo negro de Pachacamilla.

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